Por: Hna. María del Espíritu Santo, SSVM

 

Muy querida Familia Religiosa:

Con inmensa alegría escribimos esta crónica para contarles los últimos acontecimientos en nuestra Capilla de Adoración Perpetua.

La situación que estamos atravesando todos juntos, como Familia Religiosa y como familia humana, es un tiempo de misericordia, que providencialmente se ha desencadenado en coincidencia con la Cuaresma. Sólo Dios conoce sus insondables designios, los misteriosos motivos por los que ha permitido esta sacudida mundial. Pero nosotros podemos comprobar que “todo concurre para el bien de los que aman a Dios”. En estos días, hemos escuchado de varias personas comentarios como: “Esta será una Cuaresma inolvidable”, “la mejor Semana Santa de mi vida”, “Dios nos ha sumergido en la Pasión de Cristo”… “Hermana, he comenzado a leer la Biblia, después de muchos años…”. Signos todos de que a muchos esta prueba los ha hecho reflexionar.

Como recordarán, en nuestro monasterio funciona la Capilla de Adoración Perpetua de la ciudad. Se inauguró en octubre del 2018, y al momento cuenta con 292 adoradores. La mayoría son de Alcoy, pero hay varios que vienen de los pueblos cercanos.

Si bien el “estado de alarma”, decretado por las autoridades civiles, comenzó el 15 de marzo, ya desde unos días atrás, cuando los rumores del virus comenzaron a sentirse más cercanos, disminuyó tajantemente la asistencia a la Misa diaria. La asistencia a la adoración, sin embargo, se mantuvo regular. Y de pronto, de un día para otro, la Capilla de Adoración quedó prácticamente desierta. El mismo día en que se publicó el decreto (14  de marzo por la tarde) comenzaron a llegar mensajes de los adoradores más ancianos o enfermos, advirtiendo que sus familiares no les permitían salir de la casa. Nosotras entendimos que la cadena de adoración no se podía cortar, y desde esa misma noche comenzamos a cubrir casi todos los turnos de noche y madrugada. Sólo unos pocos adoradores nocturnos continuaron asistiendo, y otros pocos durante el día. Pero a medida que iban transcurriendo los días, las noticias iban sembrando más preocupación, las medidas restrictivas de circulación se hacían más estrictas, y finalmente ningún adorador pudo seguir viniendo de noche, y tan sólo algunos pocos, de día.

Hemos considerado como una gracia enorme de Dios el hecho de estar nosotras aquí, y poder continuar con la adoración perpetua. Un don por el que no sabríamos agradecer lo suficiente a nuestro Esposo, pues muchas Capillas de adoración en el país han tenido que cerrar… Y de nuestra parte, es la mejor respuesta que podemos dar al dolor y a la soledad de tantísimas personas: desde nuestra Capilla de Adoración podemos llegar a todos los rincones del mundo, en todo momento, cada día…

Para los adoradores, saber que nosotras estamos cubriendo todos los turnos es un consuelo y una alegría en medio de la desolación de esta prueba. Sin embargo, no se quedaron de brazos cruzados. Inmediatamente se pusieron de acuerdo para continuar cada uno su turno desde la casa.

Sin embargo, algo faltaba… Queríamos poner en seguro a los adoradores… Y entonces se concretó una idea que teníamos desde hacía tiempo, y no habíamos podido aún llevar a cabo: Consagrarlos a la Virgen!!!

Todo fue realmente providencial, y podemos decir sin ninguna duda que la Virgen hizo todo, con detalles propios de una Madre. El día 30 de marzo se puso en marcha la idea, haciendo las consultas correspondientes, y ese mismo día se lo propusimos a todos los adoradores, que acogieron con gran entusiasmo la iniciativa. Les enviamos algunos de los videos de “Rege o María”, y se prepararon durante tres días.

La elección de la fecha fue también un detalle de la Providencia: queríamos hacer la consagración lo antes posible. ¿Y qué más “antes” que el 2 de abril, 15º aniversario de la partida al Cielo de nuestro querido San Juan Pablo II? Entonces nos dimos cuenta de que ese día 2 era jueves, día en que vendrían del Canal local de TV a transmitir la Misa desde nuestro Monasterio.

De esta manera, la Virgen preparó todo, y el jueves 2 de abril los adoradores, desde sus casas, pudieron participar de la Misa en nuestra iglesia en vivo y en directo, y rezar -ellos y sus familias- junto con nosotras, la oración de consagración a la Virgen.

Apenas terminó la Misa, comenzaron a llegar mensajes de muchos agradeciendo la iniciativa, y manifestando su enorme alegría de estar ahora bajo la especial protección de la Virgen.

Algunas “florecillas” de los adoradores

Como no podía faltar, les cuento algunas anécdotas sencillas de nuestra gente.

Una circunstancia muy dolorosa para la gente es verse privada de la Eucaristía. Conversando con un adorador sobre esta situación, éste me decía: “Nunca había apreciado tanto la Eucaristía. Esta prueba ha sido como una bendición”.

También la Semana Santa ha sido una purificación dolorosa… Muchos nos enviaban fotos del oratorio que habían hecho en algún rincón de su casa, para poder rezar. Y también nos contaban de “celebraciones” de la Palabra, incluso con lavatorio de pies, con las que trataban de suplir la imposibilidad de participar de los Oficios del Triduo…

Un adorador que suele venir a hacer (fuera del horario de su turno) una larga visita todos los días alrededor del mediodía (con mascarilla y guantes…), al enterarse que nosotras estábamos cubriendo casi todos los turnos de adoración, nos preguntó: “Ustedes a qué hora hablan todas juntas?” (refiriéndose, indudablemente, a la recreación). Cuando le dijimos el horario, él dijo: “Pues yo vendré todos los días a esa hora, así pueden estar todas”.

Otra familia de adoradores se ofreció para cubrirnos durante la cena de algunos días (sobre todo los festivos), para que podamos tener nuestra recreación en comunidad. Les hemos “bautizado”, para diversión de ellos, el “equipo cena”. Del mismo modo, se ofrecieron también para llevarse las bolsas de basura (servicio que nos prestaba todos los días una persona “de riesgo”, y que a causa del peligro de contagio no pudo seguir viniendo). Y casi todos los días aparece algún adorador con una bolsa de alimentos, o de productos de limpieza, o escriben preguntando qué necesitamos…

Nuestro apostolado monástico en tiempo de “pandemia”

Entre otros apostolados que hemos hecho en estos tiempos, podemos mencionar la confección de “detentes”, que hemos ido regalando a los que eventualmente se acercaban al monasterio. Luego nos enviaban fotos del detente, colgado en la puerta de entrada de sus casas. O nos pedían más para repartir entre sus familiares.

También hemos podido acompañar de manera virtual a muchos que viven solos, o que se sienten muy agobiados por el confinamiento obligatorio. Ellos agradecen mucho todo el material de formación espiritual -preparado por nuestros Padres y Hermanas- que les hacemos llegar diariamente (homilías, libros, pequeñas reflexiones y conferencias…).

Un apostolado muy consolador que ellos mismos han podido hacer es escribir cartas a los enfermos de coronavirus que están internados en el Hospital de Alcoy. Esta idea, que inició una médica de Madrid, la propusimos a una adoradora que trabaja como enfermera en el Hospital de nuestra ciudad. Luego de obtener el permiso de las autoridades sanitarias, les contamos a los adoradores e inmediatamente se pusieron a escribir cartas, agradecidos de esta oportunidad de acompañar a tantas personas que están sufriendo en soledad.

También ha aumentado mucho el número de Madres de las 40 horas, gracias al apostolado que han hecho las mismas Madres, invitando a otras a sumarse a esta iniciativa. Y por gracia de Dios, hemos podido invitar a algunos adoradores a los Ejercicios Espirituales online durante la Semana Santa, con muchos frutos.

Les pedimos a todos que recen por ellos, para que este tiempo de dificultad los haga más firmes en la fe, más fervientes en su amor a la Eucaristía, y más desprendidos de este mundo y deseosos del Cielo.

¡Muy felices Pascuas a todos!

En Cristo y María,

Hna. María del Espíritu Santo