Querida Familia Religiosa:

Si el año pasado conmemoramos el año mariano, pues en Brasil celebramos los 300 años de su hallazgo en las costas brasileras, podemos verdaderamente decir que este año 2018 está siendo un año josefino, al conmemorar los 30 años del nacimiento de nuestro Instituto religioso que lo tiene por particular Patrono, y nos gustaría compartir con ustedes una alegría más que tuvimos por intercesión de San José.

La noche del 16 de noviembre fue muy especial para nosotras… Y ¿por qué especial? Es lo que quisiéramos relatarles en esta crónica, también como un homenaje a nuestro Santo Patrono, quien se ocupa de todas nuestras necesidades. Efectivamente, esta noche, presentamos una obra de teatro titulada “La vida de San José”, obra adaptada a partir de un libro sobre el Santo Patriarca, que habíamos preparado en parte para los Juegos Florales de este año, y después ampliamos para esta ocasión.

Muchas circunstancias fueron variando a medida que preparábamos la obra: originalmente no la teníamos que hacer este día, ni en este horario, ni en esta ciudad… Pero San José así nos dirigió, y, de hecho, las cosas que Dios piensa son infinitamente mejores que las que nosotros pensamos.

No habíamos conseguido el lugar donde normalmente realizamos las obras, y ya habíamos buscado más de treinta lugares para la presentación de la misma, muchos de ellos con buenas expectativas, pero siempre con una respuesta negativa al final. Ya se aproximaba el día, y no teníamos nada en concreto, sólo la confianza de que San José mismo estaba preparando lo que él consideraba mejor. En fin, una “luz al fin del túnel”: se nos dio la posibilidad de presentar la obra en una ciudad llamada Osasco, a unas dos horas del Convento (sin tránsito), donde nuestras hermanas hace poco más de un año se encargan del apostolado ¡en una Parroquia que está bajo el patrocinio de San José! La información fue confirmada, ¡conseguimos el lugar! Pero ¿qué significaba eso? ¡Que la obra no sería en la ciudad de San Pablo, ni en día domingo, ni al final de mes, sino, en otra ciudad, un viernes por la noche y dentro de tres días!

¡Y así, con invitaciones, preparación y ensayos intensivos, todo salió muy bien! Y del mismo modo como Dios escogió la fecha, el lugar, también tenemos certeza que escogió las personas: cerca de 250 personas participaron de la Obra, entre sacerdotes, religiosos, amigos, bienhechores y familiares. Muchas de estas personas estaban conociéndonos en ese momento. De modo muy particular contamos con la presencia de nuestra Superiora General, la Madre María Corredentora, quien estuvo visitando nuestra Provincia de Brasil providencialmente en estos días en que Dios nos concedió la realización de esta Obra de Teatro.

Todos los presentes tuvieron también la oportunidad de ver el video de los treinta años de nuestro Instituto y rezar con nosotras la treintena a San José.

Por gracia de Dios, esta fue la décima pieza que presentamos, con el fin de manifestar, a través del arte, al Arte del Arte, el Arte del Padre que es el Verbo Encarnado, el Hijo de Dios que se hizo hombre:

En 2003, presentamos “Santa Juana de Arco”
En 2009, presentamos “Diálogo de Carmelitas”
En 2010, “La Vida es sueño”
En 2011, “Santa Juana de Arco”, según Santa Teresita del Niño Jesús
En 2013, “La Familia que alcanzó a Cristo”
En 2014, “La Victoria de la Cruz”
En 2015, “Los Cristeros”
En 2016, “La Divina Comedia”
En 2017, “Claudia Prócula”

Y en este año 2018, en que completamos el trigésimo aniversario de fundación de nuestro Instituto, en homenaje a nuestro benignísimo Padre, San José, ofrecimos esta obra de teatro de una breve parte de su vida, desde antes que él conociese a la Virgen María, hasta el momento en que el ángel le anuncia en sueño los planes de Dios. Fue una vez más una sencilla ofrenda por su paternal custodia sobre la Familia Religiosa de su Hijo, el “Verbo Encarnado”, y de su particular amor a las Servidoras del Señor y de la Virgen de Matará.

Incontestable es su protección,
Incomparable su humildad,
Insustentable su olvido,
Inestimable su providencia,
Invencible su amor.

Por todo eso agradecemos y una vez más repetimos: ¡San José, ocúpate de nosotros!

Hermanas del Estudiantado Santa Gemma Galgani – Brasil