Este tiempo de Adviento y de Navidad ha suscitado en nuestras almas sentimientos de ternura, gozo, humildad antes el Misterio que hemos contemplado.

El Santo Padre en la misa de Navidad del 2016 nos decía “contemplemos…la sencillez frágil de un niño recién nacido, la dulzura al verlo recostado, la ternura de los pañales que lo cubren. Allí está Dios.[1]

Esto explica las muestras de fe del pueblo hispano con quien nos toca hacer nuestro apostolado, realizar nuestra tarea evangelizadora. En estos momentos, el porcentaje mayor de familias, son mejicanas.

Por supuesto el mes de diciembre es un mes mariano e impregnado con el toque del Niño de Belén y de los Santos Peregrinos, José y María, que por nueve días buscan posada para encontrar un albergue para que nazca su amado hijo Jesús.

Cada año, las posadas, el pesebre y el árbol de Navidad nos hablan con mucha elocuencia. Nos hablan, y hacen que sea más visible la experiencia del nacimiento del Hijo de Dios.

Fiesta de la Virgen de Guadalupe.

Desde el primero de diciembre comenzamos con el docenario en Honor a Nuestra Señora de Guadalupe, la Emperatriz de América y Reina de México. Cada día del docenario se dedicó a pedir por una intención especial. Participaron diferentes grupos de la parroquia, terminando cada día, con algún atole (bebida típica) chocolates y panes dulces. Por supuesto, el Día de la Virgen comenzó con las primeras vísperas y las tradicionales Mañanitas a media noche, con mariachis y bandas que cantaron en su honor. Al día siguiente, tuvimos ocho Misas, donde asistieron un nutrido número de personas. Fue una festividad llena de color, devoción y amor a Nuestra Dulce Madre.

Las Posadas.

Luego a partir del 16 de diciembre continuamos con las Posadas (novena de Navidad). Nosotras las organizamos en el Templo parroquial, pero muchas familias se llevaron los folletos para realizarlas en sus barrios, y hogares, con sus amigos y conocidos.

La tradición de las Posadas proviene de algunos pueblos de Méjico, donde se comenzó a adornar sus casas, invitar a familiares, vecinos y personas de su entorno para conmemorar el viaje de María y José a Belén antes del nacimiento de Jesús. Consistía en recordar e imitar a La Virgen María y San José cuando en el camino a Belén, buscaban posada para pasar la noche, hasta que por fin encontraron alojamiento en un humilde pesebre. Entonces, a cada familia, un día de la novena le tocaría recibir a los peregrinos que pasarían allí la noche. ¡Su hogar se convertía así en una enorme posada a la que estaban todos invitados a rezar y cantar, festejan do que los Peregrinos habrían encontrado un lugar! Familiares, amigos, compañeros de trabajo y vecinos llegaban a la casa, adornada, llena de luces, brillos y color.

Nosotras, como en otros lugares donde hay alguna comunidad mejicana fuerte, lo seguimos haciendo.

Generalmente, es costumbre que los invitados reciban algún tipo de refrigerio en la posada, ya sea una posada sencilla o una más grande y con más invitados. Tradicionalmente se puede servir agua de Jamaica u horchata, aunque también chocolate y café. De comer, no faltan las deliciosas botanas mexicanas, tamales o incluso tacos, dulces tradicionales, gelatinas de colores, entre otros.

Además, no puede faltar una piñatacon la que se divierten tanto niños como adultos, tiene forma de estrella de siete puntas, y se rellena de dulces y caramelos. La piñata tiene forma de estrella, y… ¡La estrella es todo un símbolo! Cada una de sus puntas representa uno de los siete pecados capitales. Por ello, hay que acabar con ella rompiéndola con un palo. El palo representa la fe, ya que el que la golpea lleva sus ojos tapados, y el romperla significa derrotar al mal y el pecado, consecuentemente cae la gracia de Dios, que son los dulces.

Y Finalmente…

¡La Navidad!, comenzamos con la Misa de Primeras Vísperas y luego a Media noche la Misa de Gallo, donde se realiza el tradicional “Arrullo del Niño Dios”. Es tradición que todas las familias traen su Niño Jesú y lo ponen a los pies del altar y al terminar la santa Misa, lo ponen en una manta o cobija. Mientras el coro le canta canciones de cuna, ellos con su familia los mecen y arrullan, al compás de este villancico:

A la rorro niño lindo, niño lindo, a la rorro mi Señor. A la rorro, mi Señor.

De los hijos de los hombres, de los hombres, El más hermoso nació (bis)

Nació en pajas y no en oro, y no en oro. El hijo de Solomón (bis)

Su palacio fue un pesebre, fue un pesebre. Porque mucho al hombre amó (bis)

Duérmete niño en mis brazos, en mis brazos. Dueño de mi Corazón (bis)

En los brazos de María, de María. Duerme el hijo de José (bis)

Que es el rey de las Alturas, de las Alturas. El dueño de la creación (bis)

Estos pastores dichosos, y dichosos. Todos le habían de ofrecer (bis)

Mil flores de mantequilla, y mantequilla. Panales de rica miel (bis)

Al contemplar esta escena, nuestra mente y corazón se transportaba a Belén, al pobre y humilde portal, donde sólo lo arrullaron María y José… Sin embargo, ahora, hay otros José y María que lo arrullan y espera que nazca en cada uno de sus corazones y hogares. Al mirar al Niño recién nacido envuelto en pañales crecen los sentimientos y afectos de ternura, de compasión de servicio y ayuda.

Sin embargo, hay todavía, como en aquellos tiempos, algunos, enceguecidos interiormente por rencores y resentimientos, dejando entrar este veneno en el alma, al igual que el de la codicia de poder y de riquezas. Así, enceguecidos y envenenados, generan tanto sufrimiento a la familia, a las comunidades, al mundo… en fin, al Niño Dios.

No dejemos que nuestros corazones y nuestras familias sean de este pequeño grupo. Miremos al niñito Jesús para que su ternura nos suscite ayude a erradicar los sentimientos y afectos dañinos de los que sólo él puede liberarnos. Llenémonos de la ternura, la compasión, el amor, la alegría del Niño Dios. No olvidemos nunca que en ese pobre pesebre está Dios!

Más bendiciones…

Y para cerrar este mes lleno de bendiciones, el 31 de Diciembre, Vísperas de Santa Maria Madre de Dios y trigésimo aniversario de la Misión (ahora Parroquia San Roque), una familia en representación de todas los fieles de la Parroquia ofreció un ramo de rosas, como símbolo de los 7342 rosarios que las personas rezaron en preparación para esta celebración tan especial y en honor a Nuestra Madre y su Hijo amado. Como toda celebración, si no hay comida, no hay fiesta, así que, al terminar la Misa repartimos pasteles y refrescos para todos los que quisieron celebrar este día tan especial. Con esta actividad iniciaremos un año especial, un año marcado por el aniversario de 30 años de la Fundación de la Misión Santa María, a la vez que dimos gracias por los 25 años de la presencia de las Servidoras en esta Misión.

Les deseamos un bendecido año, que podamos preparar nuestros corazones para que, el Niño Dios, encuentre una bella morada para nacer en este 2022!

Madre María del Cenáculo, SSVM

Comunidad Nuestra Sra. de Guadalupe, Avondale PA

Provincia Inmaculada Concepción USA


[1] Homilía de SS Francisco, 24 de Diciembre de 2016 – Ciudad del Vaticano. https://www.vatican.va/content/francesco/es/homilies/2016/documents/papa-francesco_20161224_omelia-natale.pdf