“No a nosotros, Señor, no a nosotros…”

Tenerife, España, 1 de marzo de 2022

    Queremos compartir con todos los miembros de nuestra querida familia tanto los inicios de la Tercera Orden en Tenerife y su consolidación como las actividades que en la actualidad los terciarios realizan.

    La tercera orden aquí en Tenerife comenzó el 29 de enero de 2012, con la oficialización de los terciarios Marina y Rafael, matrimonio cercano al Monasterio “Nuestra Señora del Socorro – Güímar”. En el transcurso de los años se sumaron Bernardo, Mario, Carmen Rosa, Manuel y Carmen Teresa. Todos ellos participaban activamente de nuestra espiritualidad, mediante la oración y las actividades propias del Instituto, sin embargo, distintas circunstancias nos mostraron que era necesario dar una estructura más organizada a este apostolado.

    El 12 octubre de 2020, en la solemnidad de la Virgen del Pilar, 110 personas se consagraron a María en materna esclavitud de amor, según el método de San Luis María Grignion de Montfort. Algunos, terciarios, amigos y simpatizantes del Instituto, pidieron explícitamente continuar con la formación recibida durante el mes de preparación para la consagración, y ahondar el carisma, consolidar la Tercera Orden y participar de nuestros apostolados. Este pedido explícito y el vertiginoso crecimiento que se vislumbraba, fueron signos clarísimos de que Cristo Rey nos llamaba, nos impulsaba a expandir su reino en tierras canarias.

    La Divina Providencia jamás se queda quieta y busca constantemente derramar sus bendiciones. Por eso, pese a la difícil situación debido a las restricciones de la pandemia, Dios dispuso todo para que el 12 de diciembre de 2020, día de la Virgen de Guadalupe, se diera inicio a la primera conferencia de formación para los terciarios, simpatizantes y candidatos.

    Las reuniones virtuales fueron un gran desafío para todos, puesto que algunos, al no tener buena señal de internet, se vieron en la necesidad de trasladarse fuera de sus casas, otros, tuvieron que aprender a utilizar la aplicación de zoom, y con muchos empezábamos a contactarnos hasta cuatro horas antes para ir subsanando los inconvenientes y así, llegada la hora de la reunión virtual, estuviéramos todos presentes.

    Después de seis meses de formación, el día 24 de mayo de 2021, día de María Auxiliadora, durante la Santa Misa, varios de ellos hicieron el ingreso en la Tercera Orden. Por gracia de Dios, en la actualidad son veinte los miembros oficializados.

A partir de ese momento, el tercer viernes de cada mes nos reunimos en el Monasterio de nuestros Padres para continuar con la formación.

    Las reuniones empiezan con un punto doctrinal a cargo de un sacerdote o de una hermana. Desde el año pasado estamos profundizando en uno de los elementos no negociables de nuestro carisma: “La digna celebración y la participación de la Santa Misa”. Seguidamente, compartimos una merienda, hacemos juntos la Adoración al Santísimo y finalizamos con el rezo de Vísperas. Durante el tiempo de oración los Padres atienden confesiones y consultas.

    Además de profundizar en la formación, los terciarios realizan diversos apostolados, como catequesis en parroquias del Instituto y diocesanas, grupos de limpieza de las iglesias, difusión de la devoción a la Virgen Santísima en Radio María, oración por las vocaciones en unión con el Proyecto 40 Horas, apostolado en la página web Amar al Amor, en donde se difunden los Ejercicios Espirituales, , rezo de la coronilla de la Divina Misericordia por los moribundos, devoción al Sagrado Corazón de Jesús y al Inmaculado Corazón de María, los nueve primeros viernes de mes, socorrer física y espiritualmente a los enfermos en el Hospital. También participan en el coro del Monasterio, para enaltecer la liturgia. No podemos dejar de mencionar y agradecer el apostolado del dolor salvífico que realizan nuestros terciarios enfermos. Ellos, desde la distancia, en medio de la soledad física o espiritual e incluso postrados en cama, ofrecen sus sufrimientos por “su querida Familia Religiosa”.

Finalizamos estas breves líneas agradeciendo a la Divina Providencia por todos los beneficios recibidos en nuestra misión y evocando las palabras del salmista:

“No a nosotros, Señor, no a nosotros, sino a tu nombre da la gloria” (Sal. 115, 1)

En Cristo y María,

Hna María Reina del Cielo.

¡VIVA LA VIRGEN!