Por: Maria Puella Iesu, SSVM
«¡Qué grande es Dios!»
(San Rafael Arnaiz)
Querida Familia Religiosa:
Desde la Provincia Nuestra Señora de la Aparecida, Brasil, deseo transmitirles nuestra alegría por dos eventos muy hermosos que tuvimos en la última semana de marzo: la profesión de votos perpetuos de nueve Servidoras y la visita de la Virgen de Nazaret a nuestras comunidades. En efecto, como dice el hermano Rafael, ¡qué grande es Dios! Es la primera exclamación que sale de los corazones que contemplan las maravillas del Señor. ¡Y qué maravillas tan grandes y sorprendentes!
La profesión de votos perpetuos debemos situarla en el contexto del 35º Aniversario de la fundación de nuestro querido Instituto. El 19 de marzo del presente año 2023, además de recordar el «SÍ» de las primeras Servidoras, cerca de quinientas personas se reunieron en nuestra finca en São Paulo – BR, con espíritu de gran alegría y fiesta, para celebrar la Profesión Perpetua de nueve Servidoras. La santa Misa fue presidida por Su Excelencia Reverendísima, Mons. Giuseppe Negri, nuestro Obispo Diocesano, quien nos recordó que, para seguir a Cristo, hay que «quemar las naves» y que el gran secreto de las vocaciones es la Cruz de Cristo. Entre las profesas había religiosas apostólicas y contemplativas, todas ellas misioneras en diferentes lugares y realidades del mundo, incluso en los fríos polos de Alaska, unidas por el mismo ideal sobrenatural, y cada una a punto de pronunciar libremente la fórmula: «Por amor al Padre… al Hijo… y al Espíritu Santo…».

Las familias que vinieron a celebrar y confraternizar con nosotras fueron testigos de la gran alegría de seguir a Jesucristo y de lo mucho que vale la pena, porque a través de la consagración de sus hijas, ellas también pueden experimentar la atracción de la belleza divina. Es interesante ver cómo después de estas ceremonias religiosas, siempre nuevas mamás quieren unirse al Proyecto de las 40 horas de oración por las vocaciones. ¡Qué grande es Dios! Y ¡qué grandes son las vocaciones de especial consagración! ¡La iniciativa es siempre divina!
Y, como también San José es tan solícito con sus hijas las Servidoras, él mismo quiso prepararnos plenamente para su propia fiesta, cuidó de todo, hasta de los detalles, y quiso regalarnos para esta ocasión el mejor de los regalos: la presencia de su amadísima Esposa, la Virgen de Nazaret, venerada en una pequeña imagen del Santuario Mariano de Belém do Pará. Esta combinación fue el broche fue de oro de la fiesta, que resultó completa.
Solo unas breves palabras acerca de la devoción a Nuestra Señora de Nazaret en Brasil, para comprender el significado de la visita que Ella nos hizo en una ocasión tan especial: «Se cuenta que un hombre llamado Plácido José de Souza, pasando por un pequeño río se encontró con una imagen de Nuestra Señora, cuyo nombre estaba escrito en el manto como “Nossa Senhora de Nazaré do Desterro” (Nuestra Señora de Nazaret del Destierro). Después de encontrarla, llevó la imagen a su casa y le dedicó un pequeño altar; pero como esta Señora conoce los planes de Dios, también sabía que no era el lugar de su establecimiento. Tras algunas desapariciones, Plácido comprendió que la imagen debería permanecer en el lugar donde había sido encontrada, por lo que construyó una ermita para albergarla, que hoy es la majestuosa Basílica Santuario»[1], única en la región amazónica, donde Nuestra Señora también es venerada como Reina de la Amazonia.
Todos los años, en Belém do Pará, tiene lugar una multitudinaria procesión en honor de Nuestra Señora, que toma el nombre de “Cirio de Nazaret”, porque al inicio, los devotos llevaban velas durante la procesión, pía costumbre que sus devotos han mantenido hasta el día de hoy. «La historia del Cirio de Nazaret comienza en 1700 con el descubrimiento de la imagen de Nuestra Señora de Nazaret. La devoción a la Virgen creció y, en 1793, tuvo lugar la primera procesión en honor a la patrona de los Paraenses. Desde entonces, el Cirio se celebra todos los años, reuniendo siempre a millones de fieles»[2].
Su visita trajo grandes gracias a toda nuestra Provincia, comenzando por nuestro Aspirantado, que la recibió con filial devoción y alegría. También en el Colegio, reinó un espíritu de sorpresa y alegría por parte de los alumnos, que la acogieron tan calurosamente. Luego visitó nuestras comunidades hasta llegar al “Hogarcito”, donde nuestras Hermanas, las chicas y las empleadas estaban deseosas de recibirla. La Reina de Pará llegó finalmente a Barragem, barrio de San Pablo donde están nuestras casas de formación, el Monasterio y la Casa Provincial. Muchas religiosas, novicias, aspirantes y laicos esperaban ansiosos para iniciar la solemne procesión hacia nuestro convento en São Paulo – BR.

En fin, qué grande es Dios y qué grandes son sus obras, «qué profundos sus pensamientos»[3]. ¿Quién puede medir su grandeza? Nadie, su inmensidad se extiende en los cuatro puntos cardinales y su creación canta: ¡Qué Grande es Dios! Porque sólo los que, como los niños, se maravillan de las cosas sencillas, pueden maravillarse de las cosas grandes y exclamar: ¡qué grande es Dios!
¡Viva San José! ¡Viva la Virgen de Nazaret!
Hna. Maria Puella Iesu
Misionera en el Estudiantado Santa Gema Galgani – Brasil
[1] 1 Cf. https://www.ciriodenazare.com.br/cirio/historias
[2] 2 Cf. https://www.ciriodenazare.com.br/cirio/historias
[3] Sl 138,17





