Por: P. Diego Cano, IVE
Kangeme, Kahama, Tanzania, 15 de septiembre de 2023.
Hace un poco más de una semana hemos tenido un apostolado inédito en nuestra misión, aunque muy conocido en tantas partes, fue algo totalmente nuevo para nuestra gente. Se trata del apostolado “Pro Vida”. Si bien se puede decir que por estos lados no se sufre el bombardeo de la ideología abortista y anti vida, sin embargo, aunque de manera solapada, trabajan para infiltrar en la sociedad sus principios. Lo hacen de manera especial por algunos órganos del gobierno, por medio de la salud, y de la educación en algunos niveles. No es de manera explícita, al menos por los medios de comunicación, pero sabemos que promueven mucho los anticonceptivos, muchos de ellos muy nocivos y cancerígenos para la mujer, además del mayor mal que puede ser producir el aborto, y de promover las costumbres que llevan a una vida de desorden, en todo aspecto.
De manera especial las hermanas que trabajan en el dispensario, son testigos de primer orden de cómo se promueve en estas zonas pobres de África, el aborto y la anticoncepción. Todos los misioneros nos enteramos también de lo que se enseña e informa, o mejor dicho, desinforma, sobre estos temas, a los jóvenes en las escuelas, empezando en algunos casos desde la escuela primaria. Pero hay un gran campo de acción de los grupos a favor de estas ideologías, sobre todo en los colegios secundarios y en las universidades. Mucho hacen también promoviendo estos métodos, y actitudes, entre la gente sencilla, en el campo, por medio de campañas llevadas a cabo por agentes de salud.
Hace casi tres años algunas hermanas y un sacerdote de la misión participaron de un curso Pro Life en la capital de Tanzania, y fue de mucho fruto. Sobre todo porque quedó el contacto con quienes hacen ese apostolado en este país. Nos importaba en un principio saber bien cómo era la doctrina y los principios que manejaban, queríamos asegurarnos que fueran cien por ciento católicos. Y así fue, gracias a Dios, que se entró en contacto con un excelente grupo muy bien formado.
El proyecto de la Hermana Inmaculada, que es quien dirige el dispensario San Bernardo, que funciona en la misión de Ushetu, era que se pudieran hacer cursos de instructores de los métodos naturales. Pero para esto, se exige toda una formación, como bien lo saben. Como párroco y superior de la misión me parecía que en esto teníamos una falla, sin poder ayudar efectivamente a personas que necesitaran esto de verdad. Además de la necesidad de formar laicos nuestros, incluyendo catequistas, en todo lo que significa la moral conyugal. Muchos de estos catequistas son los que dan los cursos matrimoniales a los que se van casar, y muchas veces eran totalmente ignorantes de estos temas, y sobre todo de la moralidad de los métodos anticonceptivos. Por eso, le insistí a la hermana que este apostolado podía ser muy bien llevado por ellas, y por el equipo que trabaja en el dispensario. La hermana lo asumió con mucha seriedad, y podemos decir que gracias a las Servidoras se pudo llevar a cabo este apostolado en nuestras dos parroquias de la misión de Tanzania. Las hermanas buscaron donantes que apoyaran el proyecto económicamente, y ellas organizaron todo… realmente un lujo, una ayuda invalorable.
Se realizó un curso de cinco días completos en la parroquia de Ushetu, pero participaron laicos de ambas parroquias, Ushetu y Kangeme. En total fueron veinte participantes. Varios matrimonios, varios catequistas, y algunos laicos más. El curso fue dictado por la Sra. Elmina Kalunga y el Sr. Anthony Lihepa, que fueron enviados por el Sr. Emil Hagamu, representante de Human Life International en Tanzania. Los días no sólo transcurrieron entre charlas de formación, sino también que todos participaban de la santa misa diaria, el rosario ante el santísimo Sacramento, y momento de oración en común. Gracias a las donaciones que consiguieron las hermanas para este apostolado, se pudo costear todo el viaje de los conferencistas, el material que se repartió, y hasta la comida de todos esos días para todos los participantes. Nuestros laicos estaban muy agradecidos de que se los haya invitado a un curso de tantos días, y totalmente gratuito.
Quienes dieron el curso estaban muy contentos por la participación de todos. Sin embargo, nos dijeron que debemos preparar un curso de tres semanas para poder formar instructores de método Billings, y que veamos si se pudiera hacer el próximo año. Pero nos dijeron que este curso ha sido un gran primer paso. Por supuesto que ya está en marcha este proyecto, ojalá que se pueda concretar el año entrante.
Como habían venido de tan lejos, y deseábamos sacar provecho de su visita, también se buscaron otros ambientes en que ellos pudieran dar esas charlas, especialmente a grupos de jóvenes. Entre los grupos a los cuales pudieron llegar estuvo el grupo de estudiantes católicos de una de las escuelas estatales que está en nuestra parroquia.
Y también, gracias a Dios, se coincidió en el encuentro de mujeres católicas de la decanía a la que pertenecemos, en total siete parroquias. El encuentro se realizaba en nuestra parroquia de Kangeme, y estaban participando unas ciento ochenta mujeres. Pues entonces aquí vino la Sra. Elmina, y les habló a todas las ellas, y como las charlas estaban tan interesantes, hasta vinieron algunas mujeres de otras denominaciones cristianas que están cerca a nuestro templo parroquial, algunas de la iglesia pentecostal y otras de la anglicana.

Impresionante todo el bien que se puede hacer, y el bien que esto significa, pues las mismas mujeres católicas se daban cuenta de lo importante que es el trabajo en este sentido dentro de nuestra iglesia. Se enorgullecían de saber que es la iglesia católica quien lleva la voz cantante en la lucha por la vida. También en la parroquia de Kangeme, los jóvenes participaron de una conferencia sobre estos temas, con mucho interés. La Sra Elmina estaba muy contenta, viendo cómo preguntaban, y decía que se sorprendía porque tenían un muy buen nivel de comprensión. Participaron unos treinta jóvenes de esta charla, pues no pudimos organizarlo con mucha antelación. Nos queda entonces para el próximo año este otro trabajo, lograr que el grupo de jóvenes que participe de esto sea mucho más numeroso.
Agradezco inmensamente a la hermana Inmaculada, y a todas las Servidoras misioneras en Tanzania que se preocuparon tanto para que se pudiera realizar este gran apostolado en nuestra misión, un apostolado que tendrá grandes consecuencias en la vida de nuestros jóvenes, y de nuestras familias. Dios los bendiga a todos los que ayudaron económicamente, y gracias a todos los que han rezado por los frutos de estos días.
¡Firmes en la brecha!
P. Diego Cano. IVE





