Por: P. Rodrigo Retes, IVE

 

Días de gracia
El pasado mes de septiembre, en la ciudad de Palpalá, en la provincia de Jujuy, tuve la gracia de predicar la Novena en honor al Señor y a la Virgen del Milagro. Devoción que, como uds. saben, tiene su inicio y centro en la provincia de Salta, ubicada también en el norte argentino.

Entronización de la imagen de la Virgen del Milagro. Ambas imágenes son replicas de las veneradas en Salta.

Ante ésas sagradas imágenes, siendo novicios, muchos de nosotros hemos hecho nuestro voto de esclavitud mariana, obedeciendo así a la voluntad de nuestro padre fundador, quien nos inculcó el amor hacia el Cristo y la Virgen del Milagro, tan estimadas por él. Es realmente notable como el Señor y la Virgen del milagro, siendo una devoción surgida en Salta, traspasó las fronteras y se difundió en muchos lugares de nuestro país1, aunque, como es lógico, de menores dimensiones en cuanto a la participación de los fieles, pero con el mismo amor al Señor y a su Madre.

Bicicleteada familiar.

Llevando las sagradas imágenes a los colegios.

Hace unos años, el Obispo de Jujuy, Mons. Daniel Fernández había dicho: En el Noroeste (argentino) hay mucha devoción, y en particular con Jujuy se da que somos vecinos y hermanos de los salteños y también herederos de toda esta hermosa religiosidad.

Constatando entonces, que a las celebraciones del Señor y la Virgen del Milagro en Salta, acuden innumerable cantidad de fieles de diversas partes del noroeste argentino, y también del país hermano de Bolivia, podemos afirmar que esta devoción particularmente hace de nexo y es motivo de unidad en la misma fe a diversos pueblos de la región2.

 

Rosario de la aurora

 

La novena

En la capilla “Señor y Virgen del Milagro” del Barrio Gral. Savio, en Palpalá, se veneran también las sagradas imágenes de Cristo y la Virgen, con tanta devoción y afecto, que a uno no le parece estar fuera de Salta.

El grupo folclórico de danzas llamada “Tinkus”, propio de Bolivia, animó un día de la novena, en la llamada “noche de los talentos.”

Visita del Obispo de Jujuy, Mons. César Daniel Fernández.

Los días de la novena transcurrieron en un clima de gran devoción y deseos fervientes de acercarse a Dios por parte de la gran cantidad de personas que acudieron diariamente.
La novena tuvo varios puntos fuertes; como las muchas confesiones que tuve la gracia de escuchar durante esos días, aprovechando los fieles que venía un sacerdote “de afuera”, pudieron acercarse a este sacramento. Otro momento “fuerte” fueron las visitas a los colegios secundarios de la ciudad, a los cuales acudíamos diariamente rezando el Rosario de la aurora por las calles, llevando las sagradas imágenes, las cuales eran dejadas en los establecimientos para excitar la devoción de directivos, profesores y alumnos. Luego de un breve mensaje los presentes, nos dirigimos a las aulas con la compañía de algunos de los fieles de la capilla, para brindar talleres acerca del “sentido de la vida”, charla que nuestro fundador, el p. Carlos Buela, compuso (entre otras) para los jóvenes, pensando en el gran apostolado que se hace con los chicos del secundario a través de éstas; muchas de ellas son parte su libro “Jóvenes en el 3er. Milenio.”

Visita a los colegios secundarios de Palpalá

El primer fruto de la Novena
Muchos son los frutos y gracias que Dios derrama en los corazones de los files durante el transcurso de una Novena patronal. Algunos nos lo dejan ver por pura misericordia. Paso a contarles uno que me impactó mucho por el modo en que se dio. El primer día que arribé a la ciudad, dos días antes del inicio de la novena, Dios nos regaló la primera gran bendición; que fue el servir de instrumento como sacerdote, para salvar un alma, ¡con todo lo que eso significa!

Apenas terminada la Misa fuimos a visitar un enfermo que estaba agonizando, según nos habían dicho. Entramos en la casa y efectivamente el hombre se encontraba postrado en cama y junto al lecho estaba la esposa, los hijos y demás familiares. Luego de administrarle los sacramentos pertinentes, junto a la indulgencia plenaria y la imposición del santo escapulario, rezamos con los presentes, y nos despedimos. Todo en un clima de profundo dolor, pero también de oración y resignación cristiana por parte de la familia del enfermo. Una de las hijas nos acompañó hasta la puerta de la casa, muy agradecida por la visita. Nos fuimos pensando que en unos días más seguramente nos iban a avisar que el enfermo había fallecido para que acudamos nuevamente a rezar el responso. Efectivamente así sucedió, ¡pero mucho antes de lo que nosotros pensábamos! Ya en la sala velatoria una de las hijas me dijo: “Padre, en el mismo momento que ud. salió de la casa, mi papá falleció. ¡Lo estaba esperando!” A los que creemos que Dios es un Padre Misericordioso, y que dispone todo según su amorosa providencia, no podemos dejar de admirarnos ante este tipo de hechos. El Señor está verdaderamente más deseoso de la Salvación nuestras almas que nosotros mismos.

Con la certeza que nos permite el hecho de haber recibido los últimos sacramentos unos pocos minutos antes de morir, podemos afirmar que ese hombre salvó su alma y ya está gozando de la presencia de Dios. Certeza humana ciertamente, ¡pero certeza al fin!

Grupo de danza típica boliviana

 

Y los frutos siguieron dejándose ver…

Si, a causa de nuestra poca fe, necesitáramos ver otros frutos de Dios derramados en los días que siguieron, fue el mismo Señor quien se encargó de hacérnoslo ver.

Es admirable constatar la absoluta desproporción que hay entre las palabras humanas y la acción de la gracia, que Dios mismo quiere dar a través de ellas. Dice el Señor en el evangelio de S. Lucas que cuando hayamos hecho lo que debíamos hacer, debemos pensar que somos siervos inútiles, que solo hicimos lo que nos correspondía.3 Dios quiere usar nuestra nada para mostrar de ese modo su grandeza, su acción en las almas.

En la visita a uno de los colegios de la zona, y luego de la charla pactada con lo alumnos, un joven se nos acercó y manifestó que se había sentido muy “movilizado” con la charla y quería hablar, porque, según nos dijo, tenía un pasado oscuro que quería de algún modo reparar. ¡Cuánta docilidad a la gracia y sinceridad de este joven! Que importante es aprovechar el momento presente, donde la gracia pasa, y una vez que lo hace, puede ser que ya no vuelva, como bien decía S. Agustín.4

Aprovechando la buena disposición del joven, ofrecí confesare, a lo cual accedió gustoso. Luego de su confesión, con lágrimas agradeció el poder haberlo hecho, y pude experimentar aquello del evangelio; «hay más alegría en el cielo por un pecador que se arrepiente que por noventa y nueve justo que no necesitan arrepentimiento.»5

Los días iban transcurriendo en un hermoso clima de trabajo y sacrificio por parte de los miembros de la capilla, que con esmero se preocuparon de todos los detalles sobre todo en la limpieza el templo, la preparación de la liturgia, la permanente preocupación y atención a todas las necesidades; sabiendo que la fuerza poderosa de la caridad es la mejor prueba de una fe auténtica.6

Finalmente, otro de los frutos notorios de los días de la Novena, fueron las confesiones. Para la mejor recepción del sacramente tuvimos la oportunidad de aprovechar un rato después de la Misa, para dar una breve catequesis. Justamente acerca de como son las confesiones de los hombres con respecto a la de las mujeres, recuerdo haber escuchado hace mucho tiempo, se me escapan ahora las circunstancias, que los varones se suelen confesar a modo de como caen las papas al abrir la bolsa, todas juntas y de una vez; en cambio las mujeres suelen confesarse a modo de como caen las plumas si se abre la misma bolsa; todas separadas y una a la vez. Es decir, para aclarar el punto, que los varones no van con rodeos, sino como suele decirse “al grano”, por tanto, sus confesiones no suelen durar mas que unos pocos minutos, a diferencia de las mujeres, las cuales suelen perderse en detalles y explicaciones; cuestión de diferentes psicologías.

El asunto es que, apenas terminada la catequesis, y luego de un rato de adoración al santísimo, una mujer se me acerca y noto que traía un papelito en la mano, diciéndome: “padre, vengo a traerle mi bolsa de papas.” Yo pensé “¡Al revés de lo que debería supuestamente!” Pero, para el caso, no importaba ya mucho eso, sino más bien, el fervoroso deseo de la mujer de confesarse bien y poner en orden las cosas con Dios.

Luego de una sentida y breve confesión, la mujer dejó escapar un suspiro de alivio, como sintiendo haberse desecho de una pesada mochila, y agradeciendo a Dios, sintió ser como “la Magdalena”, por la manera de mostrar su arrepentimiento a través de copiosas lágrimas.

Niñas con vestimentas típicas animando la noche de los talentos.

Charla con los jóvenes

La fiesta patronal del Señor y la Virgen del Milagro; una celebración con matices diferentes.

Llegado el día 15, memoria de María Santísima “de los Dolores”, y día en que se celebra la fiesta del Señor y la Virgen del Milagro, todos estábamos ya cansados pero contentos por los días transcurridos.7 La particularidad de esta fiesta es que se celebran a Cristo y a la Virgen juntos, y esto le da un matiz muy diferente a otro tipo de patronales. Ya que siempre la Virgen estuvo junto a su Hijo, desde Belén hasta el Calvario; y ambos fueron los que intercedieron para frenar el terremoto acaecido en la ciudad de Salta en el año 1692.8 A partir de ese momento y de manera ininterrumpida se siguen sacando las imágenes en procesión renovando así el pacto de fidelidad de los fieles para con el Señor y su Madre.

Encuentro de Cristo con su Madre.

¡Otra particularidad que le dio un tono diferente a la celebración patronal es que estábamos en la provincia de Jujuy!, celebrando una fiesta más propia de la provincia de Salta, la cual se sitúa geográficamente como rodeando y abrazando a la primera. Esto nos sugiere dos cosas: En primer lugar las imágenes del Señor y la Virgen son patrimonio de todo el NOA, aunque hayan sido destinadas en un principio a la provincia de Salta. En segundo lugar, es que las sagradas imágenes se han anclado de tal manera en los pueblos del NOA, que han trascendido las fronteras y de esta manera han servido de unión en la misma fe a pueblos diferentes y en algunas cosas hasta rivales.9 Bien sabidas son las consecuencias nefastas de las guerras entre pueblos hermanos, las cuales dejan heridas profundas y que tardan tiempo en cicatrizar. Pues en su providencia amorosa, el Señor y su Madre han querido poner el fundamento de esta unión entre provincias hermanas, y más allá de los vaivenes posteriores de la historia, bien sabemos los argentinos donde está nuestro núcleo de unión y pertenencia, donde se encuentras los auténticos vínculos humanos y espirituales a fin de alcanzar la armonía social tan deseada, que, solamente será alcanzada volviendo la mirada al Señor y a su santísima Madre.

Santa Misa patronal

Como acto culmen de la fiesta patronal, además de la procesión doble con ambas imágenes, la actuación de la Banda del Ejército RIM 20, la Santa Misa solemne que, a pesar de ser día laborable, contó con la participación de numerosos fieles, tuvo lugar un año más el voto solemne de fidelidad a Cristo y su Madre; ¡el mismo tiene un hermoso y sentido de pertenencia a la fe cristiana y guarda profundos deseos de preservar la tradición que viene sucediéndose desde hace más de 300 años!

Danza en honor a las sagradas imágenes

Fidelidad que es una gracia de Dios, pero que debemos colaborar a ella con nuestra buena voluntad. Concluyendo nuestra crónica, agradeciendo a Dios nuestro Señor y a su santísima Madre todas las gracias derramadas durante estos días, Dios quiera podamos mantenernos siempre firmes en las sanas tradiciones que heredemos de nuestros antepasados, para poder conservarnos unidos por la misma fe, la misma esperanza y el mismo amor.

P. Rodrigo Retes, IVE

Pacto de fidelidad

Al Señor del Milagro:
Divino Jesús Crucificado y Señor Nuestro del Milagro, el pueblo de Salta hoy postrado en vuestra presencia, viene a renovar los votos de sus mayores, cuando acudiera a Vos, encontrando remedio a su aflicción. Sí, ante esa cruz que nos enviasteis a través de los mares para ser nuestro escudo y defensa, juramos lo que juraron nuestros padres, teneros siempre por Padre, Abogado y Patrono, y reconocer vuestra real soberanía sobre todo los pueblos, y especialmente sobre el nuestro. Confesamos que sois el camino, la verdad y la vida, así de los individuos como las de las familias, pueblos y naciones; y que lejos de Vos y de los esplendores de Vuestra Cruz solo se encuentran engaños y amarguras. Hacemos nuestro el pacto de fidelidad celebrado por nuestros antepasados, prometiendo que Vos, dulce Jesús, serás siempre nuestro y que nosotros seremos siempre tuyos.

Extiéndase vuestros brazos sobre este pueblo y la Nación Argentina, para protegernos y defendernos; y haced que las verdades de nuestra fé y enseñanzas de la iglesia, sean siempre el norte de nuestras acciones y el fundamento inconmovible de nuestras instituciones. ¡Señor del Milagro, salvad y bendecid nuestro pueblo! Amén.

A la Virgen del Milagro:
Virgen inmaculada, Madre y Señora Nuestra del Milagro, el pueblo de Salta postrado a vuestros pies, quiere reconocer y renovar los votos de sus padres al jurar vuestro patronato y ponerse bajo vuestra protección. Si, en presencia del cielo y de la tierra, hacemos nosotros el voto que en Septiembre de 1692 hiciera este pueblo, de celebrar los días en que os manifestasteis su especial Protectora. Y juramos teneros siempre de Madre y Abogada nuestra. Y vos Señor, dignaos bendecir y proteger este pueblo mirándolo como heredad vuestra, para que sea siempre fiel a la fe, a las enseñanzas de la Iglesia y a los compromisos contraídos. Nuestra Señora del Milagro, rogad por nosotros. Amén.