Querida Familia Religiosa:

Les escribe la hermana Virgen Cándida de la comunidad “Beato Agustín José Fariña”, en Chile. Comenzamos esta Semana Santa, llamada “Semana Mayor” en la ciudad de Linares realizando pequeñas actividades en las Parroquias donde estuvimos ayudando. Comenzamos el domingo con la bendición, procesión y Santa Misa de Ramos en la Catedral. Aquí en Chile durante estos dos años de pandemia, las restricciones fueron muy estrictas, las personas no pudieron asistir a la Santa Misa presencialmente y ahora están volviendo de a poco a participar en la Iglesia; por eso es hermoso notar que en este Domingo la catedral estuvo repleta, haciéndonos ver el deseo de las almas por reencontrarse con Cristo en la Eucaristía.

Estuvimos ayudando en las distintas parroquias de la diócesis, pero especialmente durante el Triduo Pascual en la parroquia María Peregrina donde pudimos ayudar en las distintas actividades y en la liturgia. El Lunes y Martes Santo ayudamos con una liturgia penitencial explicándoles a los fieles la importancia y los pasos de la confesión en las parroquias Nuestra Señora del Carmen y María Peregrina. El miércoles por la tarde fuimos a visitar a la niñas y adolescentes que residen en el hogar Madre Esperanza allí pudimos darles una pequeña catequesis sobre lo que sucede en la Semana Santa y, para comprobar que habían comprendido, organizamos para ellas el juego del tesoro escondido con los elementos de la Pasión para que ellas, al encontrarlos, supieran explicar qué significa cada uno. Las jóvenes no se limitaron a describir cada elemento, sino que quisieron hacer notar a las demás el amor que nos tiene Jesús muriendo en una cruz. Luego, participamos de la Santa Misa Crismal en la catedral presidida por el Obispo y todos los sacerdotes de la diócesis.

El Jueves Santo, día de la Institución de la Eucaristía y del sacerdocio, tuvimos la Misa en la parroquia y rezamos especialmente por el aumento de las vocaciones sacerdotales. Por la noche se hicieron distintos turnos de adoración en la catedral para acompañar a Jesús en su Pasión y con diferentes grupos participamos de varias Horas Santas guiadas, nosotras guiamos una entre meditaciones y cantos. El Viernes Santo, después de la celebración de la Pasión, rezamos el vía crucis por las calles de la Parroquia. Los fieles participaron con gran devoción y, en cada estación, las distintas familias del barrio nos esperaban afuera de sus casas con un altar para recibir la bendición del sacerdote sobre las familias y el hogar.

El Sábado Santo por la mañana, pudimos predicar en tres parroquias un retiro y fue muy gratificante ver la piedad con la que participaron los fieles; la prédica fue sobre la soledad de la Virgen, el rezo de los Siete Dolores y cómo debe ser nuestra preparación para recibir a Cristo Resucitado. Por la noche, celebramos con gran alegría la Vigilia Pascual, pues sabemos que «No hay motivo mayor de alegría que la resurrección del Señor, porque su triunfo es nuestro triunfo, su victoria es nuestra victoria» (DE 212).

Finalmente, el Domingo tuvimos la Santa Misa de Resurrección y así finalizamos la semana alegrándonos en este misterio, alegría que debe ser permanente en nuestras vidas.

Les pedimos oraciones por las almas de esta misión y también por nosotras para que, con fidelidad, llevemos el Evangelio a cada uno de ellos siendo fieles a nuestro carisma y a la Congregación.

¡Que viva la Virgen! Y ¡viva la Misión!

Hermana Virgen Cándida

Comunidad Beato Agustín José Fariña