Por: Maria Regina Caritatis Aimaretti, SSVM
Desde el 31 de julio al 4 de agosto, tuvimos la gracia de hacer, por primera vez, en la casa de formación de Tanzania (aspirantado, postulantado y noviciado) los grandiosos Juegos Florales.
Como patronos de los equipos elegimos a Marcelo Javier Morsella y a María de Jesús Nazareno. Nos pareció una buena idea estos patronos ya que son ellos dos los primeros, de cada Instituto, que murieron, y, especialmente, porque murieron durante el tiempo de formación, habiendo estado poco tiempo en la vida religiosa, y habiendo tenido los dos una vida ejemplar siendo todavía jóvenes. Tanto Marcelito como Jesús Nazareno supieron vivir desde el comienzo de su vocación lo que siempre se nos enseña: santa alegría, pureza, espíritu de sacrificio, amor fraterno, obediencia y un gran amor a Dios, a la Iglesia y a la Congregación.
Por eso, a través de sus ejemplos, era una oportunidad para tener presente que para ser santo no es necesario esperar a ser religioso o sacerdote: desde el tiempo de formación se puede vivir la virtud, y en grado heroico. Y esto en las pequeñas cosas de cada día: oración, trabajo, servicio, estudios, apostolado, vida comunitaria, etc.
Como era la primera vez, todo era nuevo. Primero, traducir todo al suajili, idioma nacional de Tanzania. Después, explicar: reglas, lista de buena fe, estandarte, himno, competencias, y demás, tratando, de nuestra parte, de hacer entender lo que significaba cada una de estas cosas “nuevas” y dar una idea de cómo hacerlas. Y empezamos.
Tomó como un día y medio agarrarle la mano. Al principio nadie entendía nada. No sabían si hacer hinchada o no, ni cuándo ni dónde. Tocaba la campana, salían los equipos de sus respectivas guaridas corriendo con mucho entusiasmo, pero nadie sabía a dónde.
En una de las competencias de inglés, tenían que inventar un diálogo. Les explicamos que las dos participantes tenían que hablar juntas y tratar de que tuvieran que decir la misma cantidad de palabras o frases (equivalente). Un grupo entendió tan literalmente la explicación que en vez de hacer un diálogo como nos podríamos imaginar, lograron hacer una perfecta imitosis que nos hizo reír mucho a todos, especialmente al jurado; aun así, les dimos la oportunidad de espontáneamente rehacer su diálogo, y pudieron hacerlo bien.
Otros idiomas en los que compitieron fueron suajili y español.
En poco tiempo ya estaban bastante metidas en todo lo que sucedía. Novedades florales; dibujos en acuarela, crayón y lápiz; poesías, cuentos y análisis sintáctico. Y, realmente, ¡con mucho entusiasmo! Este entusiasmo se dejó ver, también, el día de las competencias deportivas… tan esperadas. Sobre todo, en la carrera de obstáculos que preparamos para que salieran bien embarradas, y así fue. Sin ningún problema pasaban por todos los obstáculos alentándose entre los equipos, y tanto les gustó que cuando terminó la competencia pedían hacerla de nuevo, pero por diversión. Y nos preguntaban por qué no les tirábamos agua como siempre lo veían en Aventura Misionera.
Para la parte musical, una de cada equipo tenía que tocar el órgano, lo cual fue un gran esfuerzo porque ninguna sabía tocar. Pero había que hacerlo, así que dos aspirantes se ofrecieron y aprendieron desde cero. El día de la exposición lo hicieron tan bien que fue difícil elegir al ganador. También hubo cantos en latín y cantos grupales de dos voces en estilo tanzanés.
Todos los días el lugar del primer puesto iba cambiando, pero finalmente el equipo ganador fue el de María de Jesús Nazareno.
Fueron días de mucha alegría y buen espíritu, y esto no por el hecho de haber sido una actividad distinta a la rutina de cada día o más “divertida”, sino porque supieron ser generosas y esforzarse.
Por haber sido la primera vez, y algo tan nuevo, uno nunca sabe cómo va a salir. Pero Dios siempre da su gracia, y todas las formandas pudieron entender el espíritu de los juegos florales y vivirlos como siempre aspiramos a vivirlos en todas las casas de formación.
Rezamos para que lo aprendido durante esa semana siga dando frutos.
¡¡Nos encomendamos a sus oraciones!!
¡Viva la Virgen! ¡Viva la misión!
Hna. Maria Regina Caritatis Aimaretti