Hacía tiempo que alumnos, familiares y profesores de la escuela nos preguntábamos ¿cómo es posible que todavía no haya llegado al colegio una imagen de Nuestra Madre de Luján? Nuestra naciente escuela en Italia, a la que asisten actualmente 64 alumnos de los 6 a los 18 años, se encuentra en la provincia de Viterbo, a unos 100 kilómetros de Roma y tiene como patrón al Beato Pier Giorgio Frassati.

Con tal propósito, entonces, se organizó una colecta de dinero para poder traer la imagen de la Virgen al colegio, a la que muy generosamente respondieron tanto los alumnos como los familiares. Un alumno de quinto de primaria, por iniciativa propia, decidió dar todo el dinero que le habían regalado para su primera comunión. Otros decidieron ir dando las propinas que recibían de sus familiares con esta intención. La Virgen, sin duda deseosa de presidir nuestra capilla, vio la generosidad de todos y nos demostró, una vez más, que su generosidad es siempre mayor a la nuestra. El dinero recaudado no fue necesario, porque las hermanas de Ucrania quisieron hacer y regalar la imagen para la escuela. De nuevo hemos podido palpar la providencia de Dios y podríamos decir que la Virgen de Luján ha hecho un milagro durante este viaje como lo hizo una vez cuando se dirigía a Sumampa. La imagen fue enviada de Ivano-Frankivsk (Ucrania) a Italia el dia 23 de enero, día anterior a que se diera inicio a la guerra y a que esa misma ciudad, de donde partió, fuera bombardeada. Por eso cada vez que la vemos, pensamos en el pueblo ucraniano y pedimos a María que sea ella la que devuleva la paz a esas tierras.

 

El 1 de marzo para dar la bienvenida a esta nueva imagen se organizó una pequeña procesión en la que acompañamos a la Virgen hasta la capilla con distintos cantos. Con motivo de su llegada, se han colocado en la entrada del edificio las imágenes que nos recuerdan la historia de la Virgen de Luján. Un sacerdote aprovechó para contar, a modo de catequesis cómo llegó la Virgen a estar bajo la protección del negro Manuel y cómo la cuidó con grande devoción, como un verdadero esclavo suyo, durante 40 años.

También se hizo la bendición de todo el edificio de la escuela, y finalizamos el acto renovando la consagración a la Virgen María, poniendo en sus manos esta obra, que apenas empieza. Ahora la Virgen nos enseña con su ejemplo, como verdadera maestra, a adorar incesantemente a Jesús presente en la Eucaristía. A ella le pedimos que continúe reinando en nuestra escuela y que la bendiga con abundantes frutos de santidad.

¡Viva la Virgen y viva la misión!

Hna. María Paz de Nazaret, SSVM