Hace ya un año que estamos aquí en Escocia, el tiempo pasa volando y las gracias recibidas se van acumulando… nos es debido compartir, al menos parte, de todas las hermosas cosas que Dios hace en estas tierras.

¿Qué hacemos en estos parajes? Estar. Como sabemos, es el primer e incuestionable fruto; estar aquí.

Podríamos ponernos a enumerar las distintas actividades que llevamos a cabo, nuestro trabajo en cuatro primarias y una secundaria, como funciona nuestro oratorio, las visitas a enfermos y parroquianos, las catequesis, retiros… todo bellísimo, pero no es lo que queremos compartir hoy con ustedes. Aquí se hace tan patente la importancia de ese “estar”, que se roba el protagonismo en estas líneas.

Una breve introducción para situarlos. Trabajamos ayudando en cuatro pueblitos de Escocia, muy cerca uno de otro, cada uno con su propia Iglesia. Somos parte de la Diócesis de San Andrés y Edimburgo, donde los católicos son aproximadamente un 7.7% de los cuales un 10% practica.

No hay números exorbitantes en nuestros apostolados, aquí el católico es minoría, pero cada historia es un milagro patente. No queremos decir con esto que en el resto del mundo no lo sean, pero la tangibiliadad de estos es lo que aquí se hace más patente. En todas nuestras misiones, Dios trabaja ininterrumpidamente, eso lo sabemos. Aquí en Escocia, ese trabajo, esa mano de Dios ¡se ve tan claramente!… no hay circunstancias que se puedan robar la causalidad, ni una cultura que favorezca el flujo de la gracia…. Es simplemente la Mano directa de Dios. Un mundo, un ambiente en donde nada te lleva a Dios y Dios va moviendo corazones contra todo lo humanamente esperable. Al ver lo que hace no se puede menos que exclamar “es un milagro patente”.

 

Un par de ejemplos.

  • Una mujer en una situación difícil de violencia en casa, sintió que tenía que ir a la Iglesia, habló con el padre y sin tener ni idea lo que es la Misa comenzó a asistir, hace una semana comenzó catequesis con nosotros, y ahora está agradecida de todas las dificultades que ha pasado, pues gracias a ellas, se acercó a Dios. Ve claramente el sentido del dolor…Dios actuando.
  • Un hombre en sus treintas. Ante la sugerencia de su pareja no practicante de bautizar a sus hijos, decide estudiar lo que sus hijos hipotéticamente recibirían. Lee de comienzo a fin el Catecismo de la Iglesia Católica. Todo cierra, es la Verdad, comienza a venir a la Iglesia, quiere catequesis…se bautiza, hace su primera comunión, confirmación y matrimonio, su mujer vuelve a la vida de gracia, sus dos hijos son bautizados, toda una familia en gracia en menos de una semana… Dios actuando.

Ahora volvamos al “estar” …

 Hace algunos meses nos visitó el Obispo, compartimos con él una comida donde pudimos contarle sobre nuestros apostolados y algunas de estas historias ocurridas en nuestros queridos pagos. A estas él, muy contento, respondió “Si no estuvieran aquí no hubieran ocurrido” … Estar… y eso es lo que hemos estado haciendo. Dios hace, es Él actuando, nosotros hemos recibido el fruto de su trabajo, damos la catequesis, embellecemos la Iglesia, jugamos con los niños, celebramos con la gente, compartimos con todos Sus frutos … pero Él es el que trabaja; ¡nosotros “estamos” aquí! …Estar, estar, estar.

¡Viva Cristo, viva María¡, ¡viva la Misión!

Hermana María Aurora de Esperanza

Comunidad Santa Margarita de Escocia