Por: Nov. Emilio Pablo Gabriel Pedro del Corazón de Jesús Rossi
En la semana del 10 al 16 de octubre, en el noviciado “Marcelo Morsella”, realizamos los anuales juegos florales, tan importantes para la formación.
Los mismos comenzaron el domingo 10 con la solemne inauguración y la presentación de equipos (estandartes, himnos y lemas). Los patronos de los equipos fueron: El beato Stefan Wyszyński y el beato Mamerto Esquiu, ya que fueron canonizados este mismo año y fueron muy importantes para nosotros por su influencia: uno en la congregación, indirectamente, al ser padre de nuestro propio Padre Espiritual, San Juan Pablo II, y el otro en nuestra patria. A lo largo de toda la semana se llevaron a cabo las distintas competencias: culturales (ingles, castellano, latín, catecismo, obra de teatro, solista instrumental, etc) y las deportivas, en las cuales se pudo aprovechar de modo especial el Nihuil: la carrera con obstáculos tuvo lugar a orillas del lago y… EN el lago; el famoso estadio de “La Lija” fue testigo de la competencia de futbol y las carreras; e igualmente, todo el pueblo, presenció la maratón, desde la fábrica, Marcelito, etc. Hasta “La Lija”. También se realizaron obras literarias y plásticas referidas al glorioso patriarca San José.
Finalmente, el sábado 16, tuvo lugar la clausura de los juegos con sus respectivos festejos. Antes de que se digan los puntajes finales y entregar los premios, los hellanodices se fueron a debatir los resultados de las últimas competencias y los novicios, quedando en el comedor, no paramos de cantar, a una sola voz, cantos de hinchada referidos al noviciado y la querida “congre”. Luego de esperar con ansias el resultado final, se pudo revelar como campeón el equipo de Stefan Wyszyński, a escasos 15 puntos del segundo puesto, e incluso habiendo estado debajo del equipo Mamerto Esquiu gran parte de las competencias.
Cabe destacar el gran buen espíritu y clima de alegría que se vivió durante toda la semana. Sabemos todos que los juegos implican sacrificios y renuncias, a veces muy grandes. Así pues, damos gracias a Dios y a su Madre Santísima que hicieron posible la realización de estos juegos del mejor modo posible.
¡DEUS VULT!
Nov. Emilio Pablo Gabriel Pedro del Corazón de Jesús Rossi