Por: Sem. Francisco Javier Manciola
Querida Familia Religiosa:
Por gracia de Dios tuvimos las anuales “Jornadas de Actualización para Religiosos que trabajan en Obras de Misericordia” aquí en el Hogar “San Martín de Tours”, asistiendo los religiosos de toda la “Ciudad de la Caridad”.
Durante las tardes del martes al jueves tuvimos 7 charlas:
El P. Marcelo Lattanzio abrió con la 1ª: “Sed misericordiosos como el Padre es Misericordioso”, y disertó sobre el Padre revelado por Jesucristo, que es nuestro Padre y, por tanto, somos hermanos, y partió del Sermón de Santo Tomás de Aquino sobre la palabra “Padre” tomado del Comentario al Padre Nuestro.
El Dr. Randle platicó sobre la historia y del espíritu del hogar que el P. Buela quiso desde el principio, sintetizado en aquella anécdota: “Querida, dale tu colchón al pobre y Dios te bendecirá”, es decir, darlo todo por amor a Cristo pobre.
El P. Roque Buezas trató acerca de la posibilidad de la santidad para los enfermos mentales, basado en un texto del P. Miguel Fuentes, en la Pastoral Psiquiátrica de Bless, entre otras referencias.
El P. Oscar Barraza (Peche) habló sobre el Sistema Preventivo de Don Bosco, la familiaridad, la amorevolezza y el espíritu de familia. Prevenir, no reprimir. Debemos ser verdaderos padres amorosos, ni policías ni “papitos”, sino participar de la Paternidad Divina.
Nuestro enfermero jefe, Roberto Mendoza, dio un breve curso de Primeros auxilios, quemaduras, heridas, convulsiones y RCP, para atender mejor las necesidades de nuestros enfermos.
También la Hna. Anunciación trató del Sistema Educativo en sí mismo y en nuestro Carisma y presentó a Pietro Braido SDB, quien se dedicó a estudiarlo. Debemos profundizar y hacer del método la vida, asumir el espíritu de Don Bosco porque esto da fruto por ser parte de nuestro Carisma.
Cerró las jornadas el P. Andrés Vidal con “El apostolado vocacional en las Obras de Misericordia”. “Son un apostolado eficaz”, dijo nuestro fundador, apto para suscitar vocaciones porque son una predicación viva con el ejemplo de los religiosos y son “parte esencial de la misión de la Iglesia”, como enseñó Benedicto XVI. Para ello, solo hace falta saber quiénes somos, conocer nuestra identidad como religiosos, es decir, como un don, un regalo que Dios hace a la Iglesia.
En resumen, estas jornadas han sido muy valiosas para los que participamos en ellas, por poder profundizar en el conocimiento de Dios como Padre, en entender al enfermo como Cristo, que gusta identificarse con los más pobres de entre los pobres como Cristo sufriente en la Cruz, para ofrecer sacrificios y ser instrumentos de conversión por el hecho de estar enfermos pero sin renegar de esta condición; que el religioso es un don de Dios para los demás, para servir a la Iglesia y testimoniar a Cristo vivo y operante. Que, a su vez, el religioso, el voluntario y el trabajador de las obras de caridad se asemejan a Cristo, Buen Samaritano, dando así (las Obras de Misericordia) un testimonio del reinado social de Cristo e inculturando el Evangelio en la sociedad.
Estas obras participan eficazmente en la vida del Cuerpo Místico de Cristo, siendo un motor escondido de la evangelización y una escuela de caridad evangélica.
Lo que quisiera transmitir es que el Hogarcito es una veta para explotar y sacar muchísimos bienes. Por eso, también considero necesario invitar a todos a visitar estas obras: los niños y jóvenes de nuestros colegios, y a los otros también, al oratorio, a los grupos de apostolados y catequesis, a las familias, etc. ¡Que todo cristiano venga y se encienda en amor a Dios, y que todos nuestros misioneros vayan y funden hogarcitos por todo el mundo!
Damos gracias a Dios por tantos bienes recibidos, a la vez que pedimos la gracia de sacar provecho de ellos.
Pidamos por nuestras obras de Caridad en el mundo entero y roguemos que Dios Padre, viendo cómo tratamos a su Hijo en los pobres más pobres, nos bendiga con muchas y santas vocaciones.
Unidos en la oración y firmes en la brecha.
En el Verbo Encarnado y su Madre Santísima,
Sem. Francisco Javier Manciola





