Hace dos años iniciamos nuestro apostolado con el San José peregrino. Al comenzar esta obra espiritual no sabíamos que se acercaba su año litúrgico y el mismo nos encuentra con un camino recorrido y numerosas familias preparadas para recibirlo, con el fervor y la devoción acrecentados.
En mayo del año 2019, la Madre Cenáculo dio comienzo a este apostolado: “viendo tantas gracias que el Glorioso San José nos ha concedido a lo largo de estos años como Congregación, queríamos agradecerle los innumerables dones dispensados por su eficacísima intercesión. De aquí el anhelo de que su persona y su amorosa providencia fueran más conocidas por las familias y personas que quisieran recibir su imagen”.
Con este fin, la Madre Cenáculo, mandó a hacer tres Urnas Peregrinas, con la ayuda de las hermanas del Monasterio. La Hna. María Aurora pintó las imágenes del San José, mientras rezaba por cada familia donde peregrinaría.
Además, se armó una caja pintada por las hermanas del Hogar “Santa Gianna Beretta Molla”, en la que se puso un libro de oraciones y un cuaderno para anotar las intenciones o gracias concedidas.
El objetivo principal de este apostolado es que las familias crezcan en el amor a Jesús y María Santísima a través del conocimiento de la vida de San José y puedan rezar en cada hogar por la unidad de las familias y de ese modo por su intercesión, alentarlas a vivir la vida cristiana frecuentando los sacramentos.
Por ello, se les acerca a sus hogares una imagen de San José y durante nueve días puedan rezar su novena, pedir una gracia especial, contemplar la vida del Patriarca y sus virtudes, desde el seno de la Sagrada Familia como Padre adoptivo de Jesús y protector de María Santísima. De esta forma, el fruto de esta oración devota es la imitación de su santo ejemplo. La imagen es recibida con profunda alegría y deseos de crecer en el conocimiento del Patriarca.
Al día de hoy contamos ya con siete urnas entre San Rafael, Alvear y una en Neuquén, que generosos voluntarios transportan de casa en casa San José peregrino ha visitado alrededor de ciento setenta familias. Entre estas, encontramos a aquellas que ya viven una vida devota y conocen con un poco más de profundidad la figura de San José. Otras, sólo lo conocen como el Padre adoptivo de Jesús, por ello, al recibirlo por primera vez, les explicamos el origen y finalidad de este apostolado.
Aquellas familias que ya lo han recibido en sus hogares, dan testimonio de que San José deja una gran paz y consuelo a sus miembros, por ello, éstos siguen pidiendo su intercesión con mucho cariño.
Conmovedoras historias, de puño y letra de sus protagonistas llenan las páginas del cuaderno de gracias. Podemos leer en uno de los tantos testimonios que se entretejen a lo largo de las visitas del Santo: “Gracias por tu paternal cariño y cuidado, por tu fidelidad silenciosa, con pocas palabras, pero muchísimos hechos, nos enseñas a ser grandes en el casi inadvertido y humilde amor”.
La experiencia nos confirma que aquel que no ha recibido una gracia de San José, es porque no le ha rezado, ya que sus oídos están siempre prestos a nuestras plegarias y sus manos extendidas para darnos incluso lo que no nos atrevemos a pedir en voz alta.
Renovamos nuestro agradecimiento a los voluntarios, que se encargan del mantenimiento de las imágenes y urnas, así como del traslado de las mismas a cada familia que ansiosamente esperan a San José Peregrino.
Hna. María del Salvador
Casa Provincial
Argentina





