Convivencia 2019 del Seminario Mayor San José de Anchieta
Seguramente todos nuestros misioneros conservan en su corazón y memoria inolvidables momentos de las “Convivencias” (nuestras vacaciones comunitarias) y como no recordarlos: tantas Misas en las cumbres, lagos, pesca, guitarreadas, mates y torta-fritas alrededor del fogón… en fin intensos momentos de vida comunitaria y mucha emoción y “aventura”. En esta ocasión queríamos contarles lo que fue nuestra convivencia y lo que los nuestros en estos pagos comenzaron a atesorar.
De lo único que no dudamos fue el hecho de querer emular en todo lo posible a nuestras convivencias de la Casa Madre en Bariloche (Argentina) pues es así como transmitimos “lo nuestro”[1]. Esto comportó un desafío si pensamos que por la geografía de este país continente su clima es prácticamente tropical, pero como “quien busca encuentra”[2] hallamos una hermosa región, el Parque Nacional Itatiaia, el primero de Brasil, creado en junio de 1937. Está situado en la Serra da Mantiqueira y abarca los municipios de Itatiaia y Resende en el Estado de Río de Janeiro y Bocaina de Minas y Itamonte en el Estado de Minas Gerais, donde está aproximadamente 60% de su territorio. Presenta un relieve caracterizado por montañas y elevaciones rocosas, con altitud variando de 600 a 2.791 m, en su punto culminante, el Pico de las Agulhas Negras (Agujas Negras). Sin dudas esta es una de las regiones más altas de Brasil y lo más semejante a Bariloche en cuanto a las montañas y clima se refiere.
Superado el primer desafío encaramos los siguientes: toda la logística necesaria para dislocarnos al lugar y realizar las actividades: alojamiento, sacristía, alimentos, elementos de camping y montaña etc. y como para variar no contábamos con medios económicos suficientes pero la Divina Providencia una vez más venció y superó nuestras expectativas, fue así como desde el 4 al 24 del corriente pudimos tener “nuestro Bariloche”. Consideramos todo esto una gracia de Dios ya que la convivencia es fundamental y parte integrante de la formación de los nuestros, pues «es necesario formar adecuadamente la voluntad mediante la práctica constante de todas las virtudes y el dominio de las pasiones, en este aspecto consideramos muy importante la práctica de deportes, la realización de campamentos, convivencias, etc.»[3]. Todo esto parece ser un eco de lo que escribiera nuestro Padre Fundador en una Homilía, titulada ¿Qué hay que hacer para no tener vocaciones? Coloca el Padre en nota al pie de página: «En rigor de verdad es un anti-sermón, porque mi finalidad es mover a los que me escuchan a que NO HAGAN NUNCA lo que voy a decir»[4] y entre las cosas que dice, leemos relación al tiempo de convivencia: «Que no sepan cocinar, que no laven su ropa, ni limpien sus habitaciones, que no sean peluqueros, ni mecánicos, ni electricistas, ni cuiden de la chacra, ni trabajen en la imprenta… Y mejor dejarlos los tres meses de vacaciones en su casa. Pero si los obligan a un mes de convivencia, que esta sea aburrida: nada de trepar las altas cumbres y descender a abismos peligrosos, nada de descubrir nuevas picadas, nada de deportes terrestres, náuticos o aéreos como los hacen jóvenes de la misma edad… esas convivencias se convierten en una aburridora fenomenal y sólo será una combinación de mate, cigarrillos, lecturas del autor que esté de moda en el Seminario y faltas de caridad. Clima ideal para obstaculizar las vocaciones». Entonces ¿qué actividades realizamos? Cargamos las mochilas y ascendimos -entre muchas otras montañas- a 4 de las 10 más alta de este país:
4ª. Pedra da Mina ( 2.798 m) | Serra Fina (MG/SP)
5ª. Pico das Agulhas Negras (2.790 m) | Parque Nacional Itatiaia (RJ)
8ª. Morro do Couto (2.680 m) | Parque Nacional Itatiaia (MG/RJ)
10ª Pico dos 3 Estados (2.665m) | Serra Fina (MG/SP/RJ)
No faltó emoción y aventura porque justamente eso es lo que nos ofrece la montaña -entre otras cosas, claro- así en más de una salida fuimos sorprendidos por la lluvia y tuvimos que rápidamente montar las carpas o buscar un lugar para refugiarnos. Cada salida merecería una crónica por eso sólo les contamos una de ellas, la última en este caso. Fue la travesía Da Serra Fina que comprende el ascenso al Pedra da Mina y Pico dos Tres Estados en donde colocamos dos cruces, una en cada cumbre (y una tercera en la cumbre del Pedra do Altar). Una picada (caminito de montaña) complicada, en uno de los lugares más inaccesibles de la Serra da Mantiqueira.
La Piedra da Mina integra el macizo de la Serra Fina, que guarda en sus caminos enmarañados una de las travesías más difíciles de Brasil. El primer camino abierto, fue por la ciudad de Pasa Cuatro MG, en la hacienda Serra Fina, en un barrio conocido como Paiolinho. Nosotros intentamos llegar al lugar en auto pero debido al clima lluvioso y al estrecho camino de tierra llegamos al lugar de partida a pie con las mochilas bien cargadas después de 4 horas de subida en el camino de barro, realmente poder contarlo ahora es una alegría, sobre todo porque al llegar tomamos unos mates y preparamos una buenas tortas fritas al mejor estilo Bariloche. Primer día, y fue todo muy bueno. Al día siguiente nos levantamos a las 4,30AM para desmontar el campamento y poder salir ni bien tuviésemos luz, pues el camino comienza por entre árboles altos en medio la mata (selva) cerrada, pasando por algunos riachuelos, siguiendo siempre hacia lo alto. El ascenso se dilata y poco a poco, y comienzan a aparecer las piedras que dominan el paisaje. En ese momento se entra en los campos de altitudes, y el camino no da tregua, la escasez de agua torna la jornada aún más extenuante. La vegetación es compuesta por florestas ombrófilas mixtas, localizadas arriba de los 1000 metros y vegetación de altitud. Siguiendo las pircas (marcas) que marcan el camino, y después de vencer el aclive abrupto, se avista la grande cumbre con sus 2797m. Hasta el año 2000, el cerro Piedra da Mina era considerado, oficialmente, más bajo que el Pico de las Agujas Negras. Después de una nueva medición, realizada a través de una expedición de dos días, hecha por profesionales del departamento de Geografía de la Universidad de San Pablo (USP), la montaña pasó a ser considerada la 4ª montaña más alta del País y la más alta de la Mantiqueira, superando la vecina Agulhas Negras. En la cumbre como no podría ser de otra manera: la Santa Misa! «Sí, allá, entre el cielo y la tierra, se iba a renovar el drama más grande de todos los tiempos: ¡El Sacrificio de la Cruz! Y llegó el momento más esperado… Jesucristo presente en la blanca hostia, ante la que parecían oscuras las nubes y las nieves. Grandiosidad de Dios que eleva a si al hombre pequeño y lo transforma en invencible. ¿Qué ideal, con El, seria inalcanzable? ¿Qué obstáculo sería insalvable?… Nuevamente la mochila a las espaldas. Ahora me parecía más liviana, pues en ella había reposado el Señor. Así, cargado con el circunstancial altar aprendí que toda la vida debe ser una prolongación de la Misa, santificándome junto a Jesucristo, como en una inmensa, interminable, inacabable y escarpada picada hasta poder llegar al Cielo»[5]. Segundo día y fue muy bueno!
En esta travesía de la Serra Fina no existe caminata leve. Para alcanzar el pico de los 3 estados, localizado exactamente en el hito geográfico que divide Minas Gerais, São Paulo y Rio de Janeiro, es necesario vencer el desnivel de esa porción extremadamente irregular de la Serra da Mantiqueira. El origen del nombre, Mantiqueira, que en Tupí significa “Montaña que Llora”, parece no tener nucho sentido en esa región, pues la ausencia de agua es evidente, haciendo de esa jornada algo aún más complicado. Después de caminar horas por la cresta de la Serra Fina, se alcanza la base de la montaña que comienza con una subida muy empinada que lleva a la cumbre. El uso de las manos es inevitable proyectando el cuerpo hacia arriba de las rocas y ayudando en la ascensión. Finalmente en la cumbre, es posible caminar por los tres estados circundando el hito de los estados. La diversidad endémica de la vegetación encontrada por el camino, el desafío físico, el contacto privilegiado de la cumbre y la posibilidad de estar en los tres estados brasileños hacen de esa caminata una excursión inolvidable.
En cada cumbre, y en cada montaña conquistada nos parece posible alcanzar el cielo y estar más cerca de algo mayor, que nunca conseguiremos medir sino apenas “sentir”. El viento, las nubes, la naturaleza y nuestra presencia delante de Él, pues como decía el místico Juan de Yepes “Sólo mora en este monte la gloria y honra de Dios”[6]. Tercer y último día, muy bueno!
Los Domingos en la base del campamento también merecerían un capítulo especial porque no faltaron salidas de pesca, salidas al Río Preto que queda 400m de la base y salidas a caballos etc.; también merecería un par de líneas los festejos de la Cátedra de S. Pedro, Fiesta tan destacada que en este caso fue presidida por nuestro provincial el P. Emilio Rossi que viajó desde S. Pablo para dicha ocasión. Nos gustaría contar todo eso y más pero se haría muy extenso por eso en compensación va un videíto adjunto que es más que ilustrativo. Como dijeran varios de nuestros seminaristas hemos encontrado nuestro “Bariloche”.
En fin damos gracias a Dios por poder realizar lo que nos corresponde y nos pide nuestra querida familia religiosa, pues dice el Directorio de Seminario Mayores: «Son de gran ayuda para alcanzar el dominio de sí, la reciedumbre y solidez de espíritu y la entrega generosa a los demás, ciertas actividades educativas, como el trabajo diario -asignando a los alumnos ciertos oficios manuales y prácticos- la práctica semanal de deportes, la realización de campamentos -escuela prioritaria de virtudes humanas- y de convivencias»[7].
Por todo esto: Deo gratias!
Padres del Seminario Mayor “San José de Anchieta”
Provincia Nuestra Señora Aparecida
San Pablo – Brasil
[1] Expresión usada innumerables veces por nuestro superior general, el R. P. Gustavo Nieto. Sólo hasta la Carta circular nº 23 usa la expresión 22 veces. (Cf. En la Carta Circular nº 12 2 veces; en la Carta Circular nº 13 4 veces; en la Carta Circular nº 14 6 veces; en la Carta Circular nº 15 2 veces; en la Carta Circular nº 17 2 veces; en la Carta Circular nº 18 2 veces; en la Carta Circular nº 19 1 vez; en la Carta Circular nº 22 1 vez; en la Carta Circular nº 23 2 veces). En cuanto al Apostolado entiendo que “Lo nuestro” es la misión canónica que nos encomendó la Iglesia.
[2] Cf. Mt 7,8.
[3] Cf. Constituciones, 200.
[4] Buela, C. M., Sacerdotes para siempre, (New York – 20112) p. 427.
[5] Buela, C. M., Nuestra Misa (Segni – 20053) pp. 269-270.
[6] Rótulo que puso San Juan de la Cruz en su gráfico del Monte Carmelo, en la cumbre de la montaña de la santidad.
[7] Directorio de Seminarios Mayores, 184.