Encuentro del grupo Voci del Verbo en la isla de Mallorca

 

A las puertas de las pasadas fiestas navideñas, un grupo de 5 jóvenes mallorquines que participó el verano pasado a las Terceras Jornadas de Formación en Tuscania (Viterbo, IT)  organizó en la isla de Palma de Mallorca un encuentro de jóvenes y familias con la idea de hacer participar también a ellos del ambiente que vivieron los días transcurridos en Italia.

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La estructura del encuentro seguía bien de cerca el horario de las Jornadas de Agosto: conferencias, momentos de recreación, visita a sala de exposiciones (con videos, folletos y demás), venta de buenos libros, competiciones por equipos, Rosario, Santa Misa y confesiones.

Fueron muchos quienes colaboraron con muchísima generosidad. Los participantes fueron 40. Las mamás prepararon comida para todos. Los papás preparaban mesas, juegos, piñatas y el audio para que no faltara buena música. Los chicos animaban con su alegría contagiosa todas las actividades. No faltó ni siquiera el campanero, Juan Pablo, que a sus 2 años y medio de edad supo hacerse respetar y hacer respetar el horario.

La parte formativa la prepararon el seminarista Jesús y el P. Tomás Bonello, venidos los dos de Italia para ayudar en este encuentro. Jesús habló sobre “El sentido de la vida – Cristo ideal del joven” y el sacerdote Tomás Bonello trató el tema de la castidad. Las charlas fueron precedidas por una tanda de testimonios de los 5 jóvenes que contaron la experiencia vivida en Tuscania y mostraron  un video.

San Clemente de Alejandría dijo una vez que “la vida entera del cristianismo es un largo día de fiesta”. Esto fue precisamente lo que se vivió en este pequeño encuentro: un día de auténtica alegría, un día festivo en el que cualquier cosa bastaba para entusiasmar y divertirse. Esto es algo proprio del cristiano, porque es algo propio de Dios, que es alegría infinita.

Tras este día se realizaron otras muchas actividades con los jóvenes que participaron a este encuentro: se repartió comida recaudada por las familias para ayudar a otras familias con dificultades, se visitó la ciudad de Palma, se hizo un rato de Adoración Eucarística y se repartió chocolate caliente y escapularios a los pobres de las calles de la ciudad.

Que María Santísima bendiga a todos los que han trabajado en este encuentro y siga colmando de la auténtica alegría a estas familias y a estos jóvenes.

 

 Seminarista Jesús Segura